Hace un tiempito, en uno de los blogs que visito asiduamente, me encontré con un post que me recordó la decadencia del arte de mentir. No logro entender que algunos tomen a la mentira como una mala palabra, que supongan al ejecutor de la misma como un ser despiadado, que titulen de víctimas a quienes la reciben...
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Me molestó siempre la tendencia de algunas personas a las mentiras absurdas, ocultamientos (mentiras silenciosas según Mark Twain), mentiras vagas y muy descifrables, mentiras a medio vestir, de esas que asoman la verdad y pierden cualquier valor, mentiras por gusto, mentiras sin objetivos, sin fín. Cuando no hay bondad para fundamentarla, ni siquiera maldad, mentiras vacías que no lastiman, no duelen, pero que molestan, fastidian, nos toman el pelo, nos hacen preguntarnos ¿para qué?
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Van mis apuntes sobre el arte de mentir, capturadas del texto de Twain. Sí claro, en este libro hay muchas puntitas dobladas. Quizás algunos adhieren a estas ideas sobre esta acción tan devaluada, y otros podrán incluso ofenderse por las afirmaciones que siguen, pero no deja de ser una clásica perspectiva escrita hace más de un siglo atrás que vale la pena conocer.
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Por las mentiras piadosas que ella prefería escuchar, porque mientes tan bien y me sabe a verdad (jodido admitir que conozco esa canción), porque es mentira que nunca te he mentido y es mentira que no te mienta más, por las cien mentiras que valen la pena de Joaquín. Porque se llenan de mentiras las noches más hermosas y todos somos los dueños de nuestras mentiras según dicen algunos caballeros. Y a todo esto sumo, porque es mejor no hablar de ciertas cosas...
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Que estas palabras sirvan como recuerdo para aquél que lo leyó y como recomendación al que lo desconocía.
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"...la Mentira, como una Virtud o un Principio, es eterna; la Mentira, como recreación, solaz, refugio en tiempo de necesidad, la cuarta Gracia, la décima Musa, la mejor y más segura amiga del hombre, es inmortal y no puede desaparecer de la tierra..."
_"Ningún hombre magnánimo, ningún hombre que sienta lo correcto, puede contemplar el pesado y descuidado mentir de hoy día sin apenarse al ver un arte noble tan prostituido."
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"Ninguno de nosotros podría vivir con alguien para quien es habitual decir la verdad; pero gracias a dios ninguno de nosotros tiene que hacerlo. Alguien para quien es habitual decir la verdad es simplemente una criatura imposible; no existe; nunca ha existido. Por supuesto que hay gente que cree que nunca miente, pero no es así, y esta ignorancia es una de las cosas que avergüenzan a nuestra supuesta civilización. Todos mienten: cada día; cada hora; despiertos; dormidos; en sus sueños, en su alegría; en su pena..."
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"Mentir es universal: todos lo hacemos; todos debemos hacerlo. En consecuencia, lo sensato es que nos entrenemos con diligencia para mentir de modo reflexivo, juicioso; mentir con un buen objetivo y no uno malo; mentir en beneficio del otro y no en el nuestro; mentir curativa, caritativa, humanamente, no cruel, hiriente, maliciosamente; mentir con gracia y elegancia, no torpe y pesadamente; mentir firme, franca, directamente, con la cabeza erguida, no altanera y tortuosamente, con aire pusilánime, como avergonzados de nuestra alta vocación. Entonces nos veremos libres de la rancia y pestilente verdad que echa a perder la tierra; entonces seremos grandes y buenos y hermosos y habitantes dignos de un mundo donde incluso la benigna Naturaleza miente por lo común, salvo cuando promete un clima execrable."
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"Bromas aparte, creo que hay una gran necesidad de un examen sensato acerca de a qué tipo de mentiras mejores y cabales es mejor entregarse, considerando que todos debemos mentir y que todos realmente mentimos y qué tipo conviene evitar."