domingo, 2 de agosto de 2009

Tampoco yo...

Con arrugas bienvenidas, con miserias de dos plazas, con las vacunas vencidas, con estas ganas haraganas...
Sin saber que regalarte, sin la gracia que pensabas, sin los trenes que te dije, y sin, si ya sé, mucho esmero en la batalla...
Sé que sólo soy la sombra del bostezo de un príncipe azul, pero todos mis desastres andan cortos de salud...
Y si soy primo lejano de lo que te prometía ser, vos sabés tampoco el mundo hace las cosas demasiado bien...
Con mi mal humor porteño, con algún espacio en blanco, tres o cuatro disimulos, y, sin querer, estos besos con lumbago...

Sé que sólo soy la sombra del bostezo de un príncipe azul, pero todos mis demonios andan cortos de salud...
Y si soy pariente pobre de lo que te prometía ser, vos sabés, tampoco el mundo hace las cosas demasiado bien...
Cuando el olvido pida “mesa para dos” que sea con champagne y sin posdatas. Decime cielo, ¿Cómo cruzo hasta tu corazón con este ejército en retirada?...
Sé que sólo soy la sombra de la sombra de un príncipe azul, pero juro que mis miedos andan cortos de salud...
Y si soy primo lejano de lo que te prometía ser, vos sabés, tampoco el mundo hace las cosas demasiado bien...



No tendrá la mejor voz, no será el mejor músico. Sí, claro, ni mucho menos estará pensando aquél que lea. Pero me hizo bien escucharlo. Sí, nos equivocamos...pero tampoco el mundo hace las cosas demasiado bien.

Besos y vasos.